Primero, los CEO pueden fracasar al diagnosticar la raíz del problema, porque están limitados por sus roles. El rol de autoridad limita el acceso del CEO a aquellas personas con perspectivas novedosas y perspicaces sobre problemas.
Segundo, los CEO, una vez que entienden la raíz del problema, a menudo no saben cómo intervenir efectivamente, porque la resistencia de grupos en la organización lo hace difícil. Esta resistencia es motivada por las pérdidas que los cambios representan. Tercero, los CEO están inundados de tareas administrativas y gerenciales que no les permiten analizar las cosas en perspectiva, sistémicamente, para tener una visión más clara de lo que en realidad sucede en el mercado y su empresa.
Tal como dijo J. Baldwin, "no todo lo que es encarado puede ser cambiado. Pero nada puede ser cambiado hasta que sea encarado". Ejercer liderazgo es un trabajo difícil y peligroso. Se enfoca en los cambios más complejos, que suponen conflictos profundos, asuntos con cargas valóricas y lealtades fuertemente arraigadas.
Ejercer liderazgo es enfocarse en cambios complejos, que traen conflictos.
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